Carlos Millán Cárdenas fue visto hace diez días en una cancha de fútbol en Valdivia. Luego, se perdió su rastro de una forma similar a la de tantos desaparecidos de esta época. Simplemente nadie lo ha visto. Ninguna pista. Dolor en el archipiélago de Chiloé.
A veces pareciera que el espíritu solidario y de minga es sólo un mito, comparable a los tantos que existen en esta tierra. Pero desde que supimos la noticia, cientos de chilotes y afuerinos (como yo) nos hemos unido a cadenas de oración, los más creyentes, a colectas para financiar la búsqueda y otros simplemente siguen angustiados las informaciones.
Carlos es un joven estudiante de turismo de la Universidad Austral de Chile. Sólo 22 años. Incertidumbre. Angustia.
Muchos son los jóvenes chilotes que hoy estudian fuera de su isla. Y seguro que sus teléfonos han sonado todos estos días, porque no sólo los padres de Carlos Millán están angustiados. Parece que todos fuéramos parte de su familia.
Ahora, lejos de Valdivia, sólo queda rezar y colaborar. Veremos qué pasa. Y si tú puedes, cada día a las 19:00 acompáñanos en la oración o simplemente acompaña a la familia en este momento, que nadie quisiera para sí mismo.
Carlos: esperamos que no seas tú el próximo caso misterioso de desaparecidos. Y para eso hay que tener fe.
A veces pareciera que el espíritu solidario y de minga es sólo un mito, comparable a los tantos que existen en esta tierra. Pero desde que supimos la noticia, cientos de chilotes y afuerinos (como yo) nos hemos unido a cadenas de oración, los más creyentes, a colectas para financiar la búsqueda y otros simplemente siguen angustiados las informaciones.
Carlos es un joven estudiante de turismo de la Universidad Austral de Chile. Sólo 22 años. Incertidumbre. Angustia.
Muchos son los jóvenes chilotes que hoy estudian fuera de su isla. Y seguro que sus teléfonos han sonado todos estos días, porque no sólo los padres de Carlos Millán están angustiados. Parece que todos fuéramos parte de su familia.
Ahora, lejos de Valdivia, sólo queda rezar y colaborar. Veremos qué pasa. Y si tú puedes, cada día a las 19:00 acompáñanos en la oración o simplemente acompaña a la familia en este momento, que nadie quisiera para sí mismo.
Carlos: esperamos que no seas tú el próximo caso misterioso de desaparecidos. Y para eso hay que tener fe.
2 comentarios:
Qué lamentable la historia de este post. Espero sinceramente que nada malo ocurra.
Saludos,
Ernesto
Hola, incorporé en los links de mi blog tus sugerencias.
Sigue escribiendo.
Saludos
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