Todavía tengo los pies fríos.
El sábado estuve en una de las iglesias más antiguas y hermosas de Chiloé, la iglesia de Dalcahue. Y una de las más frías también.
Desde temprano ensayaban las bandas de pasacalles, tocando tradicionales melodías, de esas que al escucharlas, se intuye que ocurrirá algo importante. Una melodía que cada chilote lleva instalada en su memoria.
Mientras probábamos los micrófonos y tomábamos un café para reanimar las extremidades heladas, pensaba en eso de las melodías que nos llevan a lugares comunes, pero no físicos, si no que emotivos.
Los chilotes tienen su melodía especial, el resto de nosotros ¿la tendremos?
Lo bueno de las iglesias (una de las cosas buenas quiero decir), es que dan tiempo y espacio para pensar. Siempre las he visto más como un espacio creativo que como uno contemplativo. Bueno, siempre depende de cada cual.
Y pensaba en la cantidad de cosas que estarían haciendo allá a lo lejos las personas que quiero y me importan.
Y una de esas cosas es un nuevo blog que tiene un objetivo alucinante y bello: ser un espacio de creación para los niños y jóvenes... espacio literario por ahora, pero con todas las ganas de ampliarse a todas las expresiones...
Búsquelo: rayandolapared.blogspot.com
Consigna actual:
Mayo 2006: Realmente un buen mes.
2 comentarios:
okas, ya me estoy moviendo, cualquier cosa supongo que al mail que tiene el blog?
saludos.
Excelente idea
lo visitaré
de todas maneras
Saludos
Publicar un comentario